Oda a un Pliegue

 

Érase una vez una cuenca horizontal,

No importa si marina o continental,

Donde día tras día, sin ser estacional,

La sedimentación la pudo colmatar.

 

Ni una falla ni la subsidencia la pudieron salvar:

La diagénesis temprana comenzó a cementar.

Fósiles y rocas comenzaron a intercambiar,

Átomos y moléculas por el agua intersticial.

 

Pero a escala regional los esfuerzos crecían,

Y tus líneas rectas en curvas se convertían,

Fruto de la deformación plástica que sufrían,

Y de la que sin fracturas se recuperarían.

 

Fue la siempre culpable tectónica de placas,

Que empujada por ese dúctil manto,

La verdadera responsable de marras,

De tu charnela y de tu flanco.

 

Seas anticlinal o sinclinal,

Recumbente o Inclinado,

El slump de una llanura abisal,

O tengas un eje curvado,

No olvides que es mejor estar plegado,

Que haber sido fracturado.

 

Y te plegarás en cada nueva orogenia,

Caledoniana, Hercínica, Alpina o Varisca

Hasta olvidar tu horizontalidad primigenia,

Y dejar expuesto tu núcleo de arenisca.

 

Pero un día te llevaré a mi oficina,

Buscaré para restituirte una maquina

Para que lo que ahora es metamórfico,

Vuelva a ser detrítico.

Leave a Comment

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.