Quizás esta noticia pueda no sonar muy geólogica, pero a los geólogos (al igual que a los biólogos) nos interesa mucho conocer la vida y sus adaptaciones, así como su origen y las condiciones en las que por primera vez tuvieron lugar. Sobretodo en los últimos años hemos encontrado una gran variedad de vida adaptada a los ambiente más extremos (y de ahí el nombre de «extremofilos» que se les da a algunos organismos) y restringidos de nuestro planeta. Además, cuestiones como estas nos plantean la posibilidad de la existencia de vida en otros lugares de nuestro Sistema Solar, ya que estas condiciones extremas pudieran darse en otros lugares de nuestro Sistema Solar como Marte, Europa, Titán…
Pues bién, un equipo de cientificos de varias universidades norteamericanas han descubierto que bajo el glaciar Taylor en la Antartida hay un lago (que además es la fuente de agua de las Cataratas de Sangre, en donde existe un ecosistema en el que no hay luz ni oxigeno, que tiene una elevada tasa de salinidad y sulfatos, rico en hierro reducido y temperaturas muy bajas.
A pesar de este aislamiento, los microbios encontrados son muy parecidos a los encontrados en ambientes marinos modernos, lo que sugiere que provienen de una población más grande que una vez ocupara un fiordo abierto o el mar, hasta que hace entre 1.5 y 2 millones de años el glaciar Taylor sellara este ecosistema.
El artículo ha sido publicado en la revista Science, y aquí podeis acceder a su resumen y contenido completo.